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EL  JUEGO


El juego en la vida del niño es muy importante ya que por medio de este desarrolla todas sus dimensiones, además de esto se divierte y aprende de una manera lúdica, fácil para él ; por ellos decimos que existen muchas clases de juegos por los cueles se puede dar una enseñanza y dar una aprendizaje significativo, en la nueva era lo que realmente necesitan nuestros estudiantes es aprender de maneras diferentes donde el niño viva una experiencia inolvidable con si docente si implementamos los juegos como forma de aprendizaje seguro los niños serían mejores estudiantes agiles y dedicados.

En este trabajo se aborda el juego reglado como actividad lúdica que ayuda a formar la personalidad del niño. El desarrollo social, la adquisición de saberes, que el niño va aprendiendo a través del juego reglado.

También se hablara del juego pedagógico como herramienta  primordial en los procesos de aprendizaje que ayuda a entender los diferentes mecanismos  sociales, científicos y a las condiciones del mundo que los rodea.

Winnicott (1979) dice el juego es una tercera zona, un lugar de mayor flexibilidad que la vida externa (realidad objetiva) o que la vida interna, y en la cual el niño vive sus mejores experiencias, se apropia y recrea la cultura que le es propia. Pero la cultura no se vive como algo externo o ajeno, sino que es experimentada y hay la posibilidad de darle sentido en la medida en que se vive y solo se puede vivir en el juego.

Como docentes debemos  reconocer el juego como una herramienta pedagógica socializadora primordial para el ser humano. A través del juego se desarrolla habilidades físicas de liderazgo e integración, el intercambio de ideas y experiencias durante su desarrollo. permite al que juega reconocer y comprender al otro, le da la posibilidad se ser solidario, crea la capacidad de resolver problemas inmediatos y para el futuro, genera reciprocidad o sea la posibilidad de una participación activa del jugador mediante la comunicación asertiva en el que  ambos comparten el acuerdo de llevar a cabo un aprendizaje.

Mediante el juego y el empleo de juguetes, se puede explicar el desarrollo de cinco parámetros de la personalidad, todos ellos íntimamente unidos entre sí:

1) La afectividad: El desarrollo de la afectividad se explicita en la etapa infantil en forma de confianza, autonomía, iniciativa, trabajo e identidad.
El equilibrio afectivo es esencial para el correcto desarrollo de la personalidad. El juego favorece el desarrollo afectivo o emocional, en cuanto que es una actividad que proporciona placer, entretenimiento y alegría de vivir,  permite expresarse libremente, encauzar las energías positivamente y descargar  tensiones.

2) La motricidad: El desarrollo motor del niño/a es determinante para su evolución general. La actividad psicomotriz proporciona al niño sensaciones corporales agradables, además de contribuir al proceso de maduración, separación e independización motriz. Mediante esta actividad va conociendo su esquema corporal, desarrollando e integrando aspectos neuromusculares como la coordinación y el equilibrio, desarrollando sus capacidades sensoriales, y adquiriendo destreza y agilidad.

3) La inteligencia: Inicialmente el desarrollo de las capacidades intelectuales está unido al desarrollo sensorio-motor. El modo de adquirir esas capacidades dependerá tanto de las potencialidades genéticas, como de los recursos y medios que el entorno le ofrezca. 

Casi todos los comportamientos intelectuales, según Piaget, son susceptibles de convertirse en juego en cuanto se repiten por pura asimilación. Los esquemas aprendidos se ejercitan, así, por el juego. El niño, a través del juego, hace el gran descubrimiento intelectual de sentirse “causa”. Manipulando los materiales, los resortes de los juguetes o la ficción de los juegos simbólicos, el niño se siente autor, capaz de modificar el curso de los acontecimientos.

4) La creatividad: Niños y niñas tienen la necesidad de expresarse, de dar curso a su fantasía y dotes creativas. Podría decirse que el juego conduce de modo natural a la creatividad porque, en todos los niveles lúdicos, los niños se ven obligados a emplear destrezas y procesos que les proporcionan oportunidades de ser creativos en la expresión, la producción y la invención.

5) La sociabilidad: En la medida en que los juegos y los juguetes favorecen la comunicación y el intercambio, ayudan al niño a relacionarse con los otros, a comunicarse con ellos y les prepara para su integración social. 

En los primeros años el niño y la niña juegan solos, mantienen una actividad bastante individual; más adelante la actividad de los niños se realiza en paralelo, les gusta estar con otros niños, pero unos al lado del otros. Es el primer nivel de forma colectiva de participación o de actividad asociativa, donde no hay una verdadera división de roles u organización en las relaciones sociales en cuestión.


 

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